CAMPO NACIONAL DE BATALLA FUERTE DONELSON
Ulysses S. Grant, 16 de febrero de 1862
La mañana del 14 de febrero amaneció fría y tranquila. A comienzos de la tarde, un rugido furioso quebró la paz, y la tierra comenzó a temblar. La flota del cañonero de la Unión de Andrew H. Foote —formada por los buques de guerra de hierro St. Louis, Pittsburgh, Louisville y Corondolet y los buques de guerra de madera Conestoga y Tyler— llegaron desde el Fuerte Henry por los ríos Tennessee y Ohio y estaban intercambiando "tributos de acero" con once armas enormes en las baterías de aguas sureñas. Durante este duelo de una hora y media, los Confederados hirieron a Foote y le causaron tanto daño en los cañoneros que se vieron forzados a retirarse. Las colinas y las hondonadas hicieron eco con los gritos de los soldados sureños.
Los generales Confederados (John Floyd, Gideon Pillow, Simon Buckner y Bushrod Johnson) también se alegraron, pero un momento tranquilo de observación reveló otro peligro: Grant recibía refuerzos diarios y había extendido su flanco derecho hasta casi el arroyo Lick para terminar de encerrar a los sureños. Si los Confederados no se movían rápidamente, el hambre hubieran llevado a su rendición. Por lo tanto, unieron sus tropas contra la derecha de la Union, esperando abrir una ruta hacia Nashville y la seguridad. Tanto los soldados Confederados como de la Unión lucharon fervorosamente la mañana del 15 de febrero; el ejército de la Unión se retiró de mala gana por la tarde. Justo cuando el camino parecía despejado, las tropas del sur recibieron la orden de volver a sus atrincheramientos, resultado de la confusión y la indecisión de los comandantes Confederados. Grant inmediatamente lanzó un contrataque ferviente, volviendo a tomar la mayoría de las tierras perdidas y ganando nuevas posiciones. La vía del escape se cerró una vez más.
Floyd y Pillow le cedieron el comando del Fuerte Donelson a Buckner y se escabulleron hacia Nashville con aproximadamente 2,000 hombres. Otros siguieron el regimiento de caballería del Coronel Nathan Bedford Forrest a lo largo del crecido arroyo Lick. Esa mañana, el 16 de febrero, Buckner le preguntó a Grant cuáles eran sus términos. La respuesta de Grant fue breve y directa: "No hay términos, sólo acepto que se rindan incondicional e inmediatamente". Buckner se rindió.
Poco después de esto, los civiles y las agencias de relevo se apresuraron a ayudar al ejército de la Unión. La Comisión Sanitaria de EE UU fue una de las primeras en proveerles comida, suministros médicos y barcos hospitales para transportar a los heridos. Muchos civiles llegaron a buscar a sus seres queridos o a ofrecer ayuda. Si bien no estaban reconocidas oficialmente como enfermeras, mujeres como Mary Bickerdyke cuidaron y consolaron a los soldados heridos y enfermos.
Con la captura del Fuerte Donelson y del Fuerte Henry, el norte no sólo había obtenido su primera victoria, sino también un nuevo héroe, Grant el hombre de la "rendición incondicional", promovido a comandante general. Las victorias siguientes en Shiloh, Vicksburg y Chattanooga lo llevaron a su nombramiento como comandante y teniente general de todos los ejércitos de la Unión. La rendición de Robert E. Lee en Appomattox enviaría a Grant a la Casa Blanca.
Después del otoño del Fuerte Donelson, se forzó al sur a abandonar el sur de Kentucky y gran parte del centro y oeste de Tennessee. Los ríos Tennessee y Cumberland y los ferrocarriles del área se transformaron en líneas de abastecimiento federales fundamentales. Nashville se desarrolló y se transformó en una enorme estación de trenes de abastecimiento para el ejército de la Unión en el oeste. Se abrió el centro de la Confederación, y los federales presionaron hasta que la "Unión" se transformó una vez más en realidad.
CEMENTERIO NACIONAL FUERTE DONELSON
En julio de 1862, el Congreso aprobó la ley que le daba al presidente de Estados Unidos la autoridad para comprar tierras para fundar cementerios "para los soldados muertos en servicio de su país".
La legislación puso en vigencia el sistema de cementerios nacionales. En 1863, el ejército de la Unión abandó las obras de los Confederados y construyó una nueva fortificación en el predio que se transformó en el lugar del cementerio. La comunidad de hombres libres se desarrolló alrededor del nuevo fuerte de la Unión. Durante los años posteriores, ese mismo lugar se eligió para crear el Cementerio Nacional Fuerte Donelson y se volvieron a sepultar 670 soldados de la Unión. Estos soldados (entre ellos 512 desconocidos) fueron enterrados en los campos de batalla, en cementerios locales, en cementerios de hospitales y en los pueblos aledaños. Este total incluye cinco soldados conocidos y cinco desconocidos de las tropas de soldados afroamericanos. El alto por ciento de soldados desconocidos puede atribuirse a la prisa en la limpieza del campo de batalla y al hecho de que los soldados de la Guerra Civil no llevaban una identificación emitida por el gobierno.
En 1867, se creó el Cementerio Fuerte Donelson como el lugar final de descanso para los soldados de la Unión y los navegantes que inicialmente fueron enterrados en el área del Fuerte Donelson.
Hoy el cementerio nacional contiene tanto veteranos de la Guerra Civil como aquellos que sirvieron a Estados Unidos desde ese momento.
Muchas de sus esposas e hijos también están enterrados allí.